-- Solamente busco algo de esplendor.-- Me dijo mientras clavaba en mis pupilas esos ojos de gata dignos de alzarlos hacia el firmamento infinito para que me guíen en el camino de tu espera y no desconecte. <<Si eso no pasase, ese mismo camino, lo tendría que recorrer colocado>>--Me dije para mis adentros, para mis afueras dije.
--No quiero estar condenado a mirarte desde fuera y tener que dejar que te toque el Sol y no mis ásperas manos de nostalgia.

-- No son poetas fracasados ya que la única derrota que se obtiene es la que se abandona y ellos aún no han abandonado. ¿Y por qué quieres que abandone ese bar?--La expuse mi punto de vista que estaba meditando.
--Porque tu no eres un poeta fracasado.--Y me sonrió como era de costumbre que lo hiciese. Al menos en mis sueños sí.
--Yo creo que aunque joven ya he fracasado. Si mi vida es una escalera me la habré pasado entera buscando el siguiente escalón.--Lo que no la dije es que ya había encontrado el escalón, pero al apoyarme en él, el propio peso de mis penas lo resquebrajo en mil y una esquirla de aire y llanto de alquitrán.
--Pues esa escalera esta en mi tejado y yo en él, y te estoy esperando a ver si llegas. ¡Sube la escalera!
--Volviendo al tema. ¿Te veré en la vereda de la puerta de atrás y así poder llevarte a mi bar o tendré que dejarla de lado para buscarte entre los desiertos de Madrid?
--¿No haremos de esto una guerra no?--Me dijo con cierta tono irónico dibujado en su rostro.
--¿Una guerra? Tus soldados son flores de maderas y mi ejército no tiene fronteras, sólo un co-razón. Y si pierdo esa guerra asesinado por tus flores de madera, entonces me esperará la muerte traicionera y antes de repartirme del todo en un cajón, te pediré que me abofetees por todos los pecados cometidos.
--¿Por los pecados? Si eres ateo.
--¡Gracias a Dios que soy ateo!--exclame hacia las nubes de cristal del firmamento.--Y ella se rió como en mis sueños, sólo que ahora era de verdad.
--¡Además!, la muerte te puede esperar, está muy ocupada con la gente que veo que muere en mi televisor.
--¿Nos sobra el amor, preciosa?
--No. Es más, nos falta. Yo lo extraño mucho, demasiado...
--Ven conmigo a la vereda de la puerta de atrás y conoce mi acogedor bar.
--¿Como quieres que llegue a la vereda de la puerta de atrás de ese bar?
--Te enviaré una flor para que te marque el camino.
--Aveces, Héroe, no comprendo lo que dices.
--¿Entonces como quieres que esté dentro de tu ombligo?--Ella me miró con extrañeza, no obstante nunca comprendería esa pregunta cargada de connotaciones de vital importancia <<Ya se la explicaré, pero antes la tengo que llevar a la vereda de la puerta de atrás >>
--¿Quieres que vaya a la vereda de la puerta de atrás?¿Quieres tenerme en tu bar? He oído que tienes poderes extraordinarios y que por eso te llaman El Héroe de Wilde. Haz algo extraordinario para mí, algo que consiga dejarme sin respiración. Y haz que el aire no quiera entrar para ver la maravilla que me tornas delante de mis preciosos ojos.

--Aquí lo tienes, preciosa. Tu cielo de diamantes.--Me di la vuelta y me adentre en al vereda de la puerta de atrás para acabar dentro de mi bar seguido de ella a la que con poner un pie y recibir una blanca rosa en ese mágico bar de Madrid ya había caído en mis redes, ya era mía, ya la tenía.
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La Vereda de la Puerta de Atrás es Extrema y Dura... |
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