Las mías no son saladas, os lo juro. Aprecio a mis lágrimas, son atentas conmigo e intentan no mojarme cuando estas se escapan de mí, me cuidan cuando se escapan de mí, son cariñosas cuando se escapan de mí. Pero se escapan de mí. Lo curiosamente curioso es que no me opongo a su fuga, escapando del espejismo que suelo producir de primeras y de buenas y viendo la realidad de segundas y terceras. No encarcelo mis lágrimas, nunca fui nadie para hacerlo, pero siento pena, ya que mientras mi moral me impide buscar otras lágrimas, ya sean dulces, saladas, amargas, ect, mis lágrimas buscan otros dueños y es legítima su búsqueda, por eso no me opongo pero me hace pensar que no hay nada equitativo, todas las noches que estoy con ellas, ellas me comen, me corroen y yo soy comido y corroído.
Hoy tus Lágrimas se quieren S....... acurrucadas morir en tu piel |
1 comentario:
Gracias por pasarte!:) ya te sigo;)
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