martes, 17 de mayo de 2011

DIARIO DESDE EL OLVIDO IV

SOCORRO


Lo más duro para un escritor es enfrentarse al papel en blanco, mucho más duro que el más fuerte de los puñetazos. Una vez conseguido romper el hielo, las palabras llueven del cielo como esas gotas que refrescan un caluroso día de verano.

He podido escuchar a las burbujas hablarme sobre su agonía. El como suben, suben en busca de la luz, la libertad y una vez arriba se dan cuenta que sus sueños era una farsa ya que ahí arriba solamente les queda la muerte en estallido final. BUM-Muerta.

De vez en cuando miro al techo de mi extraño hogar y veo a los placebos de Sol, pequeños y luminosos. Por una vez les miro a los ojos y las veo hablándome en Código Morse. Las presto atención y veo SOS ( ) ¡Mierda! ¿Qué querrán? a lo mejor pueden vaticinar el futuro y ya sé que todo futuro es malo "Cualquier tiempo pasado fue mejor"

Y en efecto el futuro no fue muy grato cuando me contaron la historia de Nuwanda.

Nuwanda era un chico de un país lejano y cercano a la vez y una de las templadas noches de Mayo, mientras ellas se divierten huyendo de él y luego mostrando compasión y mierda a partes iguales. Mientras ocurría eso Nuwanda volvía a el living de su hogar y se encontró con un no extraño para él panorama. El Fuerte abusando del Débil y el Débil blasfemando a la nada de el cielo.

Nuwanda no podía ver como un egoísta hacía siempre lo que quería por medio de la violencia, así que no lo permitió(Sí, Nuwanda era y es estúpido) Se creyó fuerte, valeroso. Sus gritos se oían hasta en el Hades, gritos de perro rabioso. Y ahí empezó todo. Le robó el tesoro que el Fuerte había robado al Débil, pero antes de poder devolverlo el fuerte le intentó asentar un poderoso puñetazo de izquierdas, mas Nuwanda era rápido, muy rápido y lo esquivó con alguna dificultad ya que al incorporarse a la pelea lo hizo con la guardia baja (Nuwanda no quería pelear) A lo que aprovecho el Fuerte y le empujo contra una afilada columna hiriéndole en la espalda. Nuwanda en el suelo no pudo levantar la cabeza cuando algo duro sintió. Un potente golpe le quemó la cara tirándolo hacia atrás con gran violencia.

-¿Dónde estoy?-Se preguntaba para sus adentros el mismo, estaba aturdido, el dolor no le hacía efecto(Siempre aguanto muy bien el dolor) Se quiso levantar se apoyó con sus brazos en el suelo y se impulsó aunque no podía mantener el equilibrio y cayó otra vez. Entonces tosió y no salió saliva disparada, sino sangre, no paraba de salir sangre, un charco de O+ decoraba el living y esperó un poco y volvió a incorporarse con fuerza levantando los puños(Ahora si que lucharía)

Algo pasó, el Patriarca estaba entre medias gritando, había llegado a tiempo para ver como Nuwanda en el suelo volaba de la patada asentada por el Fuerte, dedicado a entrenar sus piernas para lanzar fuerte un balón(La cabeza de Nuwanda parecía un buen balón)

El patriarca miró a Nuwanda, pero no lo hizo a sus ojos, sino a su boca destrozada.

¡Ven Nuwanda, ven joder!

Nuwanda no entendía lo que estaba sucediendo, fue dirigido a el baño y allí se vio con la mandíbula inferior encharca de sangre, estaba destrozada, en pocos segundos estaba todo lleno de sangre. Satán gritando.

-¡Patriarca, llevemos lo al hospital!
-No mujer, el médico haría preguntas. Y no queremos eso.

Mientras tanto Nuwanda había maldecido todo lo maldecible y se había cagado en todas las putas de este mundo cuando vio que tenía un hierro de los brakets dentro del labio inferior. Lo agarró con fuerza y lo fue sacando lentamente rasgándose la piel, dolía muchísimo, pero al fin pudo sacarlo, se lavó las manos pues ahora eran rojas, se mojo la boca, pues ahora era roja, se quitó la camiseta,pues ahora era roja, se miró sus ojos en el espejo, pues ahora eran furia.

Esa furia trató de controlarla, pues no podía ir hacia el Fuerte ya que el Patriarca y Satán estaban tapando el paso pues sabían de sobra que Nuwanda volvería a encarsele y esta vez atacaría(Maldito orgullo de Nuwanda)
Él se miró la boca y vio que sus dientes, estaban metidos hacia dentro, estaban deformes ahí quiso matar al Fuerte con todo su ser. Nuwanda tenía la dentadura perfecta y en menos de un mes le iban a quitar los brakets y ahora tendría que empezar de nuevo. Le costo muchísimo llevar brakets, se sentía una mierda, se daba asco y su autoestima la pisaban las sombra de la suela de los zapatos. Y tras pasar todo eso, tendría que volver otra vez al comienzo, no podía hacerse a la idea.

Tras estar una hora con hielo cerrando la herida se fue a el ordenador a hablar con la Chica triste que le hacía reír para desahogarse y esta le dijo que cortase el problema de raíz. ¡Qué denunciase! pues no era la primera vez que el fuerte destrozaba a Nuwanda, no sólo lo hacía físicamente, lo peor es que le torturaba el alma a diario desde hacía años y Nuwanda no podía más. Pidió ayuda a Kleiber por un mensaje rezando por que lo leyese, mas no lo leyó y Nuwanda se fue a dormitar, pero no a su cuarto compartido con el Fuerte, si no al sofá. Se tumbó boca arriba intentando ver el infinito, pero la herida de su espalda hecha contra la columna le dolía demasiado. Más tarde se tumbo boca abajo, pero sólo durante un momento pues la boca se le convertía en fuego cuando tocaba algo. Incluso el aire.

Durmió como pudo porque de lado también le dolía la cara y se despertó a la mañana siguiente para ir al dentista. El Patriarca le hizo decir que se había dado con una mesa de mármol y el estúpido de Nuwanda así lo hizo. La dentista le dijo que tenía suerte de que los brakets al sujetar los dientes hayan impedido que el golpe los arrancase de raíz y le recetó una larga lista de boticaria para sus heridas, además diseño unos brakets que le permitieron que los dientes no estuviesen tan hundidos como los tenía.

Al llegar a casa se dio cuenta que no podía beber sin pajita y prefería tragar sin masticar por culpa del dolor. Odiaba que todo el mundo por la calle le mirase y se encerraba en su cuarto hasta que quedó con uno de sus aliados alados que le dijo que pegase a el Fuerte con un palo y le diese la paliza de su vida. Luego hablo con la pequeña sonriente que no supo que decirle. Luego con Zagan que no entendía la reacción de Fuerte y finalmente con Kleiber que leyó su mensaje de SOCORRO y fue la que más le ayudo, la que dio respuestas más civilizadas y coincidió con la Chica triste que le hacía reír-Denunciar todo el mal generado durante años. Nuwanda no podía denunciar sin ayuda y por parte de su familia no la obtendría. NUWANDA DESEABA QUE ESTUBIESE PERSÉFONE A SU LADO,ella le podría aconsejar. Nuwanda sufría muchísimo y nadie lo veía. Nuwanda era una esponja.



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