miércoles, 15 de diciembre de 2010

MARIPOSA DE OTOÑO

La mariposa volotea
y arde --con el sol-- a veces.

Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.

Me decían: --No tienes nada
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: --No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
el sol, ahora,
convalece.

Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.

Se va la rosa que desastes.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: --Te parece.

La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece. 



No hay comentarios:

Las más Vistas, pero no las Mejores