-Que importa a donde vayamos, si ya estamos aquí.
Ξlla miró y abriendo sus enormes ojos entró en lo que era el portal de mi casa, extrañada por ese destino escogido entre las sombras de mis decisiones me preguntó que hacíamos en mi casa y la respondí que confiase en mí que merecía la pena. Abrí la puerta del ascensor y pulsé el piso de la azotea "¿Pero tu no vivías en un quinto?" me preguntó. La contesté con la excusa de que había perdido el Norte y la respiración y ahí nos vimos mientra subíamos hasta las estrellas en ese ascensor de infinito. Nosotros dos plantados enfrente de un espejo de plata. Ξlla vestía elegante un vestido negro corto complementado con un precioso cinturón también negro como su rimel de mapache en sus enormes ojazos que se le resaltaban más con el perpetuo maquillaje que siempre llevaba, el flequillo que le tapaba buena parte de la cara, pero para deleite mío me dejaba ver suficiente cara para saber que las hadas hechizan. Yo en cambio vestía en un vanal intento de parecerme a la sombra de su estilo. Intente ponerme medianamente elegante, pero mi dejadez a la hora del buen vestir me pudo. Vestía una camisa blanca con un chaleco negro encima, eso estampado sobre unos vaqueros sucios y pobres unidos por el extremo a mis zapatos de mendigo. Ξsa tarde me había puesto gafas a causa del dolor post-insomnio y mi pelo desaliñado dejaba pensar a la imaginación que me acaba de despertar.
Ξntre estos y más pensamientos el ascensor cósmico se detuvo alto, muy alto. Salimos y la abrí una puerta que daba a la azotea. La llevé al borde y nos sentamos en él. Desafiando al vértigo de la altura, pero eso no era un problema, sus ojos me daban más vértigo y su sonrisa...su sonrisa me daba el mundo entero.
-Vale, Héroe. Ya me has traído hasta aquí. ¿Ahora qué?
-Ahora esto.- La mostré el hermoso atardecer de Madrid y no pudo evitar maravillarse ante tal panorama. Sus ojos se abrieron más que nunca y en ellos brillaba el fuego del Sol reflejado en el Pirulí.
-Todos mis problemas se queman bajo el fuego de este Sol tan hermoso-Dijo con un tono de nostalgia y resignación en su garganta-Ojalá no se fuese nunca para no volver a sufrir. No quiero estar mas tiempo Triste.
-A mí me haces reír
-Pero soy una persona triste...
-La Chica Triste que me hacía Reír
-Ξxacto, esa soy yo, bueno, esa seré yo cuando se oculte este Sol, lo peor de todo es que ignoro de que se esconde. Ojalá pudiese hacer este momento eterno...
-Me pides lo imposible y yo te lo concedo.-Del chaleco me saqué un reloj de bolsillo de plata, mientras lo miraba con cariño en mis ojos se pudo leer un adiós pues lo solté al vacío de las calles de Madrid donde se rompió al estrellarse contra el suelo. Y en el último suspiro de un segundo el tiempo dejó de correr y de brincar y los pájaros volando se quedaron quietos en el aire y la bala que llevaba el nombre de aquel niño se quedó suspendida delante de la cara de este y todas las personas se volvieron estatuas de carne y hueso y TODO se paró
-Ya está, pequeña. Ξl momento es tuyo y ese Sol también-La dije señalando a el astro rey-Ahora cumple tu parte del trato...Sé feliz.
3 comentarios:
Buenas Wilde(?).
Vi que Mairena te hizo publicidad, me entró la curiosidad por ver qué material escribes.
Me ha gustado un montón la entrada.
Te sigo.
Yo también tengo un blog, aunque no es sobre poesía. x)
Pásate y me cuentas.
larafenix.blogspot.com
P.D: Bonita foto del pirulí de Madrid. ¿Es tuya?
Hola
Me encantó tu entrada, wilde.
Estoy buscando a jovenes escritores y lectores que quieran hacer un debate literario online. Mira la informacion en http://enmanosdelaescritura.blogspot.com/
Cuidate
Me ha encantado! Ví que que hicieron publicidad~ si no fuese por ella, nunca habría encontrado este blog.
Pásate: pesadillasdecolores.blogspot.com
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