lunes, 26 de diciembre de 2011

ΞSTRΞLLA AZUR

Un frío día en medio de la ciudad...


Ξscuchó unas suaves y rítmicas notas de un bajo saliendo de la ventana de aquella casa y no pudo evitar desenfundar su arma llamada "Leyde" ajustársela al cuerpo y comenzar a rasgar las seis cuerdas de aquella vieja guitarra.
Se sentía contrariado por esa extraña música, no sabía quien la tocaba pero el tenía la imperiosa necesidad de acompañarla rítmicamente y durante aquel rato donde una desconocida tocaba el bajo, él no se halló en Madrid ni tampoco a finales del 2011, él se halló en su propia dimensión "tirao" en la calle viendo pasar la vida ante sus ojos de porcelana fina.

Vestía ropas como las de cualquier mendigo y su mirada estaba sajada por el miedo y el frío del crudo invierno. Muchos transeúntes ni le miraban, como si el fuese un fantasma, otros le miraban con asco, como si fuese una escoria muy inferior a sus fortunas en forma de abrigos de pieles. Lo que nadie sabía es que ese mendigo era mucho más rico que todos ellos juntos, simplemente estaba apostado acompañando a aquel bajo de sueño con su guitarra de viento dorado...


Pd. Ξl cielo estaba inundado de estrellas azules

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LA CHICA TRISTE QUE ME HACÍA REÍR

Caminaba rápidamente junto a ella, pero de vez en cuanto debía de tornar mi vista hacia atrás pues ella no era capaz de seguir mi ritmo. "Corre, vamos que no llegamos" Ya estaba atardeciendo y las horas ahora huían de la cárcel que había fabricado para ellas, sin cadenas que las atasen a mi voluntad cada segundo era crucial, pero por la culpa de ese sutil andares de piernas que tenía escondido en sus tacones no podíamos ir mucho más aprisa. Ya desesperada por todo ese misterio de cristal que había creado alrededor de nuestro destino me dijo "¿Me dices a donde vamos?" 

               -Que importa a donde vayamos, si ya estamos aquí.

Ξlla miró y abriendo sus enormes ojos entró en lo que era el portal de mi casa, extrañada por ese destino escogido entre las sombras de mis decisiones me preguntó que hacíamos en mi casa y la respondí que confiase en mí que merecía la pena. Abrí la puerta del ascensor y pulsé el piso de la azotea "¿Pero tu no vivías en un quinto?" me preguntó. La contesté con la excusa de que había perdido el Norte y la respiración y ahí nos vimos mientra subíamos hasta las estrellas en ese ascensor de infinito. Nosotros dos plantados enfrente de un espejo de plata. Ξlla vestía elegante un vestido negro corto complementado con un precioso cinturón también negro como su rimel de mapache en sus enormes ojazos que se le resaltaban más con el perpetuo maquillaje que siempre llevaba, el flequillo que le tapaba buena parte de la cara, pero para deleite mío me dejaba ver suficiente cara para saber que las hadas hechizan. Yo en cambio vestía en un vanal intento de parecerme a la sombra de su estilo. Intente ponerme medianamente elegante, pero mi dejadez a la hora del buen vestir me pudo. Vestía una camisa blanca con un chaleco negro encima, eso estampado sobre unos vaqueros sucios y pobres unidos por el extremo a mis zapatos de mendigo. Ξsa tarde me había puesto gafas a causa del dolor post-insomnio y mi pelo desaliñado dejaba pensar a la imaginación que me acaba de despertar.

Ξntre estos y más pensamientos el ascensor cósmico se detuvo alto, muy alto. Salimos y la abrí una puerta que daba a la azotea. La llevé al borde y nos sentamos en él. Desafiando al vértigo de la altura, pero eso no era un problema, sus ojos me daban más vértigo y su sonrisa...su sonrisa me daba el mundo entero.

                 -Vale, Héroe. Ya me has traído hasta aquí. ¿Ahora qué?

                 -Ahora esto.- La mostré el hermoso atardecer de Madrid y no pudo evitar maravillarse ante tal panorama. Sus ojos se abrieron más que nunca y en ellos brillaba el fuego del Sol reflejado en el Pirulí.

                  -Todos mis problemas se queman bajo el fuego de este Sol tan hermoso-Dijo con un tono de nostalgia y resignación en su garganta-Ojalá no se fuese nunca para no volver a sufrir. No quiero estar mas tiempo Triste.

                 -A mí me haces reír

                 -Pero soy una persona triste...
          
                 -La Chica Triste que me hacía Reír

                 -Ξxacto, esa soy yo, bueno, esa seré yo cuando se oculte este Sol, lo peor de todo es que ignoro de que se esconde. Ojalá pudiese hacer este momento eterno...

                -Me pides lo imposible y yo te lo concedo.-Del chaleco me saqué un reloj de bolsillo de plata, mientras lo miraba con cariño en mis ojos se pudo leer un adiós pues lo solté al vacío de las calles de Madrid donde se rompió al estrellarse contra el suelo. Y en el último suspiro de un segundo el tiempo dejó de correr y de brincar y los pájaros volando se quedaron quietos en el aire y la bala que llevaba el nombre de aquel niño se quedó suspendida delante de la cara de este y todas las personas se volvieron estatuas de carne y hueso y TODO se paró

               -Ya está, pequeña. Ξl momento es tuyo y ese Sol también-La dije señalando a el astro rey-Ahora cumple tu parte del trato...Sé feliz.



              

lunes, 12 de diciembre de 2011

LOS SUEÑOS DE LA RAZÓN PRODUCEN MONSTRUOS

Una Semana Antes...

La niebla era mi compañía en las calles de Madrid, era muy blanca, extrañamente blanca, su blancura gris difusa solamente era superada por su densidad y por la cual, al estirar el brazo no podía llegar a ver ni la punta de mis propios dedos.
A trompicones me guiaba por las tenues luces de las farolas para no salirme de la acera. No temía no ver nada y poder caerme, temía al llamado "Hombre Lobo" . Ξra el apodo que la prensa había dado a el autor del resonado caso de asesinatos acaecidos cada noche desde que esa sinuosa niebla cayó sobre Madrid. Desde el fatídico día que esa blanca niebla apareció, se habían encontrado cada noche un cadáver con la yugular sajada y destrozada a mordiscos. No eran cortes limpios, si no verdaderas mordeduras cruentas donde la víctima moría desangrada con el cuello destrozado, como si un lobo fuese el autor, un lobo con mandíbula de hombre. De ahí el calificativo periodístico al asesino en serie.

Sin tiempo para continuar en mi mundo interno el agudo aullido de un lobo troceó el aire y mis pensamientos en esquirlas. Pensé "Ξn Madrid no hay lobos" y eso me preocupó de tal manera que eché a correr con todas mis fuerzas pese a la poca visibilidad, al frío y a que mis fuerzas me fallaban por momentos ya que llevaba desde ayer noche sin comer y notaba que me pasaba factura, pero el pánico superaba todos esos handicaps y continué en mi carrera hacia la salvación. Corría sin descanso, quería huir, pero algo me detuvo. Me choqué bajo una farola con ella. Ξstaba llorando por esos ojos azules de mar-Que bonitos que eran-Su pelo rojo sangre me atraía violentamente, mientras que se aferraba a mí con su piel blanca de porcelana.

                   -Ayúdame por favor-Me suplicaba entre sollozos-Me he perdido y vivo lejos de aquí... Tengo miedo-Distinguía con dificultad sus palabras debido a su llanto asustado.

Ξstar con ella me ponía nervioso y extrañamente excitado, era muy hermosa, pero no entendía como esa joven me alteraba tanto por dentro. Fingiendo fría calma le aparté un mechón de pelo de la cara mientras le acariciaba su blanca tez empapada en lágrimas de cristal y plata de Luna destilada.

                  -Tranquila preciosa, ahora estás conmigo.

                  -Gracias a Dios ¿Me ayudarás a volver a casa? Mis padres estará preocupados y puede que buscándome con lo peligroso que es el monstruo de la niebla-Noté que la costaba hablar debido al frío de la noche de Invierno o al hambre, al menos a mí si que me pasaba factura el hambre. Ξstaba hambriento.

                   -Relájate, pronto todo ya habrá pasado-Me sentí hipócrita al pedirla tranquilidad cuando yo si que estaba alterado a su lado, estaba tan alterado que sentía el corazón de aquella chica latir con fuerza e incluso sentía su pulso en las venas y en su cuello. Dios, joder. ¿Por qué coño no podía relajarme? Al fin di por perdida la batalla por controlar mis nervios dejando salir a mi verdadero yo y en ese momento me preguntó que si la ayudaría, así que la conteste.

                    -¿Oyes el aullido del lobo? Da miedo, pero es hermoso. Las personas no comprenden a esos bellos animales. Los lobos hacen jauría, es poesía de voracidad.

                    -¿Qué aullido? Yo no escucho nada.

                    -¿No lo oyes preciosa? Tranquila me caes bien, te diré que dice. Dice. Come. sacia tu sed-Sus preciosos ojos ahora me miraron con un miedo infernal, por su mente pasaron los peores pensamientos que pudieron pasar y para su desdicha, había acertado cada uno de esos infectuosos pensamientos. Sólo pudo decir.

                    -No, por favor, a mi no-Ya se había percatado de todo cuando la cogí de las muñecas y dije.

                    -Lo lamento de veras preciosa, tengo hambre, mucha hambre y no puedo contenerme más-Me lancé a su cuello destrozándolo y desangrándola rápidamente para beberme su sangre. Ξl chichido que dio inicialmente se apagó cuando la arranque a bocados sus cuerdas vocales. Ahora su blanca tez era del color de su pelo y pude observar como su alma huía a través del brillos de ese par de cielos al los que llamaba ojos.....Poco a poco todo aquello se fue haciendo más borroso hasta que todo se volvió blanco.

*     *     *

 De repente me desperté agitado y sudado en mi cama "Dios mío, menos mal que sólo fue un mal sueño" Medio dormido y desnudo me levanté hacia el baño preparándome para otro jodido Lunes. Me eché un poco de agua en la cara para refrescarme alzando la vista para mirarme en el espejo y vi mi boca ensangrentada. Otra vez no por Dios ¿Por qué yo? Lamentándome, de fondo pude escuchar como el noticiario hablaba de el asesinato de Laura Sáez otra joven más mutilada por aquel psicópata al que tenía enfrente mío en el espejo. Yo me lamentaba, mi reflejo sonreía con siniestra alegría.



sábado, 10 de diciembre de 2011

LA PEQUEÑA SONRIENTE L.C.D.S.

Por fin apareció ella entre las nieblas, mi amiga  mi escritora de al lado con las que domo las horas para que pasen más deprisa y para que salten y ya escribió ella aquí, véanse su primer escrito publicado por La Pequeña Sonriente

jueves, 1 de diciembre de 2011

FINAL -EN VERSO-

Si te creas un amargo destino
desde muy dentro hacia fuera
y corres hacia  lo divino
rezando que el dolor no duela.

Ξl cielo se torna rojo
como un inmenso mar de llamas
que te invade por los ojos
quemándote en gritos y yagas.

Tus gritos despiertan mi voz.
Mi voz dormida va a por ti.
Cuando llega sólo te ve dolor,
cuando llega sólo te ve sufrir.

Ξn dolor el horizonte se desgarra,
Sólo un fondo sin luz te rodea.
Lentamente te conviertes en nada
a través de ceniza de hoguera.

Y cuando nada queda ya;
ni Cruz, ni Luna, ni Ξstrella,
sólo el FINAL quedará
por el amor que destella
Ξl Héroe de Wilde



Las más Vistas, pero no las Mejores