CAPÍTULO II
RECUERDOS DE LA TIERRA PERDIDA DE LA INFANCIA
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215 años antes
Wilde cruzó las puertas vaivén de aquel mal iluminado bar de carretera y algo mugriento para su gusto y su arrogancia que le hacía ver a los demás desde la superioridad de su egocentrismo, aun así, él estaba tan exhausto debido a los largos kilómetros realizados con su Cadillac, que se dignó a entrar definitivamente en ese bar llamado “Con o sin moles”. Anduvo hasta el final del bar y se sentó en la barra y pudo ver al fondo en la pared un marco con un recorte del periódico local nepalí donde hablaban de que ese bar se llamaba así en honor a un filósofo español amante del rugby. Wilde pudo vislumbrar una frase remarcada con letras mayores que rezaba “15 animales con corazón de caballeros”. Al instante hizo una mueca de arrogancia y dijo hacia sus adentros << ¿Un filósofo del rugby? Que penoso que alguien malgaste su tiempo en ese deporte de paletos>>
-¿Qué desea?-El camarero le sacó de sus pensamientos-¿Le puedo servir algo?
-¿Eh? Ah sí, un tequila peleón y rápido-Pronunció con arrogancia.
-Marchando caballero-Respondió el camarero indígena y molesto con su arrogancia con un claro acento del Nepal más profundo. Algo que Wilde dominaba completamente y con una soltura magistral muy superior a como hablan los extranjeros este idioma indígena.
-Que sean dos-Dijo la mujer que se sentaba al lado de Wilde.
Wilde la miró fijamente a través de sus gafas de sol y no pudo evitar fijarse en sus ojos verdes azulados, su tez clara y rosada en los que se situaban una boquita de miel, miel oscura parecía su pelo moreno tirando a rubio y para completar este escaneo de Wilde, se fijó en su muy buena silueta lo que le hizo pensar<<Está buenísima>>
-¿Con quién tengo el gusto de compartir un tequila?-Preguntó Wilde a la chica.
-Con Leyde, Leyde Vallañoz-Levantó el vaso-a tu salud.
-Igualmente preciosa. Tú no eres de por aquí, dime ¿De dónde eres?
-Soy de un lugar muy lejano de aquí, he venido al Nepal en busca de aventuras ¿Y tú?
-Yo ando buscando y busco andando unos lagos de leyenda.
-¿Siempre hablas así?-Preguntó divertida Leyde.
-Sí, la gente acaba acostumbrarse-Rió de una forma que al menos a Leyde le pareció estirada y pija-Mas no soy de aquí vengo desde Italia aunque mi ascendencia sea inglesa. Soy familiar de el escritor Oscar Wilde ¿Le conoces?
-¡Claro que sí! “La importancia de llamarse Ernesto” donde menciona por primera vez el nombre de Bunbury o el retrato de Dorian Gray ¿Tu te llamas Oscar también?
-No, no-Respondió entre risas Wilde-Yo me llamo Leonardo, te acabo de decir que vengo desde Italia, soy italiano. Soy Leonardo Wilde, para servir, pero por favor sólo llámame Wilde.
-¿Wilde a secas?-Preguntó extrañada Leyde-Leo es un nombre precioso y además…
-¡Wilde! Solamente llámame Wilde-La cortó con brusquedad.
-Bueno vale, pero tranquilízate ¿Ok?
-Sí, lo siento, llámame Wilde, es por temas personales.
-Eso significa que no me lo dirás.
-Justamente preciosa-Se hizo un silencio sepulcral.
-Bueno-Leyde rompió el hielo-Antes has mencionado que buscas una leyenda de un lago ¿O algo así?